Cuando pasan cosas como la que a continuación relataré, me maravillo de lo hermosa que es la vida y que normalmente la belleza se encuentra en las pequeñas cosas y en el día a día, por algo dicen que la felicidad es el trayecto, no el destino.
El sábado pasado en la casa nos estábamos preparando para hacer nuestras actividades y mi papá ya iba algo tarde a un compromiso de trabajo; así que sin llegar a enojarnos o molestarnos estábamos algo tensos porque el tiempo “nos comía”.
Después de despedirse de nosotros, mi papá le habló a mi mamá desde la banqueta para que viniera a ver algo y después mi mamá me habló a mí y cual sería la sorpresa al ver a este hermoso pajarito en nuestra reja.
Al parecer se había escapado de alguna jaula y venía muy cansado, posiblemente tenía tiempo volando, así que le pusimos un poco de pan y agua y se la bebió toda.
Quisimos meterlo a la casa a descansar pero no se dejó, nosotros no somos partidarios de tener a los animalitos encerrados ni en jaulas pero queríamos que el pajarito descansará un poco.
Estuvo volando un rato en el jardín y después emprendió el vuelo 🙂
Después de que el pajarito se fue nos quedamos todos muy tranquilos y sonrientes, se nos olvido por un momento que se hacía tarde y nos entregamos totalmente al momento presente.
Una historia realmente encantadora… ¡cuánta razón tienes! ^______^
Muchas gracias 😉
Es increible que tan pequeña cosa te puede cambiar el día…
Aca en Japón es muy dificil ver animales. Normalmente en Inviernos se ven solo cuervos, pero ahora que esta empezado la primavera aveces puedo ver pajaritos jugando en los arboles del jadrín. Y yo me quedo mirandolos como si fueran los pájaros más extraños que he visto…
Gracias por pasarte por mi blog~ =)
Saludos!
Gracias a ti Ale, tu blog me encanta 🙂
Saludos 🙂